TRANSICIÓN DE LA MONEDA // IDEA DE EMPRENDIMIENTO
TRANSICIÓN DE LA MONEDA // IDEA DE EMPRENDIMIENTO
No fue hasta el siglo VII a.c. cuando los seres humanos dejamos de basar nuestra economía en el trueque de bienes materiales para instaurar la moneda, un invento griego que reinventó el comercio en todo el mundo y que pasaría a la historia por rediseñar el sistema financiero hasta dar lugar a la estructura que tenemos actualmente. La moneda evolucionó creando la necesidad de pequeñas entidades bancarias para hacer circular el dinero, las cuales más adelante ocasionarían el desarrollo de todo el comercio internacional, el intercambio de recursos entre países a través de la ventaja comparativa y sobre todo el establecimiento de la moneda como algo básico para cualquier habitante del planeta. Toda la economía mundial parte del dinero y de su circulación.
Si bien el sistema de finanzas se ha ido modernizando durante las últimas décadas con la creación de tarjetas de crédito, plataformas como PayPal o incluso empresas más pequeñas como Bizum (la cual permite hacer pequeñas transferencias instantáneas con el móvil personas de alrededor), todo indica que en un futuro la tendencia predominante será la informatización de todas nuestras transacciones. Cada vez hay una mayor tasa de pagos electrónicos y menos uso de efectivo, tiendas de comercio electrónico únicamente online y establecimientos que solo aceptan pagos con tarjeta de crédito. Reflexionando llegué a la conclusión de que probablemente no exista el dinero en efectivo de aquí a un siglo, un cambio que no permitirá a futuro que se produzcan fraudes a hacienda, negocios con dinero negro o cualquier tipo de evasión de impuestos o delitos fiscales. Si todo está informatizado, ni tan si quiera un taller mecánico de pueblo podrá cambiarnos una rueda del coche sin emitir una factura. Nadie podría ocultar sus movimientos, incluidos los grandes mafiosos y traficantes del mundo.
Si bien el sistema de finanzas se ha ido modernizando durante las últimas décadas con la creación de tarjetas de crédito, plataformas como PayPal o incluso empresas más pequeñas como Bizum (la cual permite hacer pequeñas transferencias instantáneas con el móvil personas de alrededor), todo indica que en un futuro la tendencia predominante será la informatización de todas nuestras transacciones. Cada vez hay una mayor tasa de pagos electrónicos y menos uso de efectivo, tiendas de comercio electrónico únicamente online y establecimientos que solo aceptan pagos con tarjeta de crédito. Reflexionando llegué a la conclusión de que probablemente no exista el dinero en efectivo de aquí a un siglo, un cambio que no permitirá a futuro que se produzcan fraudes a hacienda, negocios con dinero negro o cualquier tipo de evasión de impuestos o delitos fiscales. Si todo está informatizado, ni tan si quiera un taller mecánico de pueblo podrá cambiarnos una rueda del coche sin emitir una factura. Nadie podría ocultar sus movimientos, incluidos los grandes mafiosos y traficantes del mundo.
Como muchas veces nos muestran las noticias, a veces son los más ricos quienes más roban. Y desde luego, son los más ricos quienes manejan el poder, y pueden permitirse cambiar el curso de la historia y modificar las leyes. Es por ello y por toda la corrupción destapada en gobiernos de diferentes países del mundo y empresas multinacionales que realmente llegué a pensar que la desaparición del dinero en efectivo no beneficiaría en absoluto a muchas de las grandes esferas. Y como son las grandes esferas quienes tienen el poder de eliminar el efectivo, estas necesitarán de una alternativa que permita que el mundo pueda seguir cometiendo pequeñas irregularidades y trámites a espaldas de los ordenadores. Fue entonces cuando se me ocurrió una idea sencilla para informatizar la moneda, abandonar el efectivo y mantener esa 'privacidad' de cara a la informática que pueda permitir el pago de dinero sin dejar rastro. La creación de un único tipo de billete, sin valor alguno, hecho con un material aún más resistente y duradero que los billetes actuales. Este modelo de billete tendrá insertado un código que permitirá su lectura por dispositivos electrónicos e irá vinculado a un código de identificación que lo diferencie del resto de billetes del mundo. Cada billete poseerá su código, y este podrá leerse por el resto de personas a través de un dispositivo electrónico cualquiera. Una persona podrá, con su teléfono móvil, escanear el billete y cargarlo con saldo directamente desde su cuenta. Así, cada billete podrá valer el dinero que nosotros deseemos que valga. Al escanearlo se nos permite ingresar dinero en el código del billete o extraerlo. En el caso del mecánico rural, una persona podría cargar su billete con 5 euros, visitar al mecánico y pagarle con este billete. El mecánico escanearía el billete y extraería o no los 5 euros de este para ingresarlos en su cuenta, sin necesidad de emitir recibos o factura. Tal y como haría un negocio cualquiera. Los billetes no tendrán portador y circularán de la misma manera que hacen los actuales. Se deberá fijar su cantidad máxima según cada gobierno (en Estados Unidos el billete máximo es de 100 dólares, en Europa de 500 euros). Finalmente, las finanzas mundiales permanecerían informatizadas con la excepción del uso de estos nuevos 'billetes', más modernos, funcionales y prácticos, que conservarían las características de la moneda en efectivo que tenemos actualmente.
Como muchas veces nos muestran las noticias, a veces son los más ricos quienes más roban. Y desde luego, son los más ricos quienes manejan el poder, y pueden permitirse cambiar el curso de la historia y modificar las leyes. Es por ello y por toda la corrupción destapada en gobiernos de diferentes países del mundo y empresas multinacionales que realmente llegué a pensar que la desaparición del dinero en efectivo no beneficiaría en absoluto a muchas de las grandes esferas. Y como son las grandes esferas quienes tienen el poder de eliminar el efectivo, estas necesitarán de una alternativa que permita que el mundo pueda seguir cometiendo pequeñas irregularidades y trámites a espaldas de los ordenadores. Fue entonces cuando se me ocurrió una idea sencilla para informatizar la moneda, abandonar el efectivo y mantener esa 'privacidad' de cara a la informática que pueda permitir el pago de dinero sin dejar rastro. La creación de un único tipo de billete, sin valor alguno, hecho con un material aún más resistente y duradero que los billetes actuales. Este modelo de billete tendrá insertado un código que permitirá su lectura por dispositivos electrónicos e irá vinculado a un código de identificación que lo diferencie del resto de billetes del mundo. Cada billete poseerá su código, y este podrá leerse por el resto de personas a través de un dispositivo electrónico cualquiera. Una persona podrá, con su teléfono móvil, escanear el billete y cargarlo con saldo directamente desde su cuenta. Así, cada billete podrá valer el dinero que nosotros deseemos que valga. Al escanearlo se nos permite ingresar dinero en el código del billete o extraerlo. En el caso del mecánico rural, una persona podría cargar su billete con 5 euros, visitar al mecánico y pagarle con este billete. El mecánico escanearía el billete y extraería o no los 5 euros de este para ingresarlos en su cuenta, sin necesidad de emitir recibos o factura. Tal y como haría un negocio cualquiera. Los billetes no tendrán portador y circularán de la misma manera que hacen los actuales. Se deberá fijar su cantidad máxima según cada gobierno (en Estados Unidos el billete máximo es de 100 dólares, en Europa de 500 euros). Finalmente, las finanzas mundiales permanecerían informatizadas con la excepción del uso de estos nuevos 'billetes', más modernos, funcionales y prácticos, que conservarían las características de la moneda en efectivo que tenemos actualmente.
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